jueves, 11 de agosto de 2011

LAS FLORES DE ALBAHACA...




En los 90' salió un libro que parecía poner en evidencia la situación, decía que los hombres son de marte y las mujeres de venus, pero como mi religión me prohíbe leer este tipo de material no me enteré muy bien de que iba la cosa. No se si de marte y venus, o jupiter y saturno, pero en todo caso que somos totalmente diferentes eso si. No hablamos ni de coña el mismo idioma y las cosas no significan lo mismo. Yo que llevo toda la vida entre hombres tenia ya, cierta familiaridad, no conocimiento, sobre el asunto, pero tuve la dichosa idea de cambiarme de continente a estas alturas del partido y encima intentarlo con españoles. Los españoles al igual que el resto de los hombres que habitan la tierra son hombres, ni más ni menos, y la verdad ellos no se ven muy agobiados ni por entendernos ni por darse a entender, bueno siempre hay alguno, que por supuesto yo no he tenido la dicha de conocer.

Lo cierto es que vamos por la vida relacionándonos con los hombres, o por lo menos intentándolo, la mayoría de veces con la ayuda de las amigas, que replican unas veces más destemplada y otras veces mas armónica la misma canción que nosotras. Se puede hacer el ejercicio y preguntarle a cinco mujeres sobre determinada situación y las cinco según su personalidad, educación, cultura y carácter, responderán en términos generales lo mismo que le sale a una de la cabeza, después de exprimírsela y torturársela, por horas, días o semanas. Sin embargo, si le preguntas a un hombre lo mismo, el te va a decir en un minuto, cinco palabras generalmente en forma de arma blanca, que te entrarán de forma tan estrepitosa al corazón o la cabeza, como si fuera una broca para trepanar. La pregunta es, si ellos nos entienden tan bien o por lo menos manejan los conceptos tan magistralmente y nosotras somos tan listas y venusianas, porque no dejamos de jugar al gato y al ratón? Es necesario entrar en el juego? es necesario hacernos daño? confundirnos? Es necesario volvernos locas pensando? se ha resuelto alguna vez una situación con un hombre después de darle vueltas en la cabeza durante días, barajando mil hipótesis, la mayoría sobre cosas tan complejas como la personalidad y psiquis del fulano en cuestión, su vida sentimental pasada, y otras similares. Nos ayudan las amigas con conceptos tan trillados como que nos merecemos algo mejor? o que el tipo sintió miedo, se sintió acorralado, es gay, está confundido, está bloqueado sentimentalmente y otros. Confieso que le he dicho todas estas frases a mis amigas. 

Confieso también, que he sido tranquilizada temporalmente por mis amigas con estas frases, excepto la de merecerme algo mejor, porque no me creo particularmente grandiosa, y soy obstinada y a mi se me da la gana de merecerme lo que yo quiero, por quien he luchado, a quien he querido y comprendido y esperado, además las experiencias pasadas me han dotado de algunas facultades para hacer selección de personal y he hecho avances extraordinarios en ese sentido, eso no quiere decir que no me pueda equivocar, pero de un tiempo para acá o soy menos lista y más ingenua o es cierto que con los contados hombres que he tenido la "fortuna" de intimar, son mas dulces y sensibles y románticos e inteligentes; pero aún mas marcianos si esto es posible y con ellos nunca se sabe por donde salta la liebre. Pero me niego a preguntarle a un hombre (marciano común, de toda la vida), que me interprete la situación en un nanosegundo con un regaño y un coscorrón, por tener 34 años y seguir siendo la  más tonta de la clase, que sigo creyendo en el amor que estremece, el que se te mete en los huesos, te acampa en la barriga y te ocupa el corazón. Y al que espero sentada, suspirándole a la luna, escuchando a Camarón, deshojando margaritas y tratando a toda costa de cultivar el más importante de los ingredientes del amor, la paciencia. 


Porque como dicen los húngaros "A türelem rózsát terem", la paciencia hace germinar rosas, aunque en este caso particular las rosas  no vienen a cuento, prefiero que florezcan todas las albahacas de los balcones de Cataluña y las palabras que  he dicho, escrito y susurrado, que no serán rosas, pero son con lo que cuento en esta vida, junto a un corazón muy ingenuo y muy roto, pero valiente como el que más, que está en el ruedo otra vez.


*Por eso, espero que suceda lo que me dijo Ramón, que es más listo que el hambre y todo jupiter, mercurio, venus y por supuesto que marte; que tendré un final feliz porque yo soy una persona buena, y él mucho más, así que cruzo los dedos y que por su buen deseo, así será...