martes, 8 de marzo de 2011

DELIRIUS INTERRUPTUS

Esto te lo escribí ......., cuando aún tenía grandes esperanzas.... sólo ahora lo hago público. Aún sigo creyendo en cada palabra que digo, aún hoy tengo esperanzas...


Me despierto intempestivamente en medio de la noche, sin manera de retornar al sueño que se ha resquebrajado en millones de partecitas como porcelana fina, pero me queda la sensación de que soñaba contigo. Y me pongo a reconstruir los detalles de lo vivido, hasta que la mente escapa sola por los atajos trajinados de siempre, concentrándose en tu fabulosa anatomía y te vuelvo a recorrer palmo a palmo y fuerzo al máximo los laberintos de mi mente, donde se pudieron quedar extraviados detalles, que serían la esencia para nuevas fantasías. Y antes de quedar de nuevo exhausta y vacía, remojo mis recuerdos, que combinados adecuadamente adquieren vida propia y me abarcan y se ajustan como si me penetraras realmente, y luego luego, un estremecimiento  que me deja rendida….

Me quedo placidamente dormida, hasta que me despierto sutilmente y la cabeza me da vueltas, en ese estado delirante entre la vigilia y el sueño, hasta que me percato de que sostengo desde hace un buen rato, un intenso diálogo conmigo. Es una discusión acalorada y no se con claridad quien va ganando, solo se que es una discusión viscosa y egocéntrica, casi mesiánica, irreproducible para el día, hasta el instante en que tengo una especie de epifanía y comprendo con sencillez que la gente de mi vida, no me entiende. Pero no de la manera convencional como si se tratara del típico delirio de la adolescente tardía que en otras muchas cosas soy. Tampoco se trata de la incomprensión del genio que resuelve enigmas o inventa sinfonías. No, ésta es la incomprensión del día a día, que vivo en una permanente sordina. Y en otro instante de lucidez, que ya son muchos para una pobre vida, comprendo que me comprendes y encajas justo en mi rompecabezas karmico, extasiada sonrío y me duermo con el alba en punta.

Estoy ante un gran tribunal y una muchedumbre entusiasmada, les recito sin pausa los argumentos y el tribunal que a todas muestras se encuentra en el aburrimiento mas absoluto, a veces me escucha y asiente, pero en general permanece ensimismado y distraído, hasta que la muchedumbre abuchea o se ríe con mis monerías. Solo en medio del tribunal y el gentío, entre las risas y los bostezos, tu me entiendes y me asientes y me ríes ……

Me despierto intempestivamente de nuevo, pero solo abro un ojo para saber si los del tribunal se han ido y estoy a punto de quedarme de nuevo dormida y en la ultima bocanada de consciencia me llega por tercera vez consecutiva una ráfaga de lucidez (que ya es francamente sospechosa) y siento una punzada pero no de dolor, sino de alivio, que a ti te pasa lo mismo conmigo…….. 

Me despierto, pero ahora ya es de día……

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