miércoles, 23 de febrero de 2011

LA ISLA DEL MOJITO

Como lo prometido es deuda.... empezaré por decir que hay quienes creen que mi reticencia a irme a Barcelona es por el Mojito, estoy casi segura que no es cierto, pero debe dar alguna idea de lo que significa el Mojito para mi. Cronológicamente hablando, si esto se puede decir con el perdón de la RAE, vi por primera vez el Mojito el primero de enero de 2011, obviamente estaba cerrado pero yo no quería perder otra semana especulando donde quedaba, volví el fin de semana siguiente, conocí a varios compatriotas, baile como nunca, bueno tal vez solo en el matrimonio de Lina. Volví al día siguiente y a la semana siguiente, siempre acompañada, porque mi modernidad europea recién adquirida no me daba para llegar sola a un bar. Una noche de febrero conocí a la dueña, Magda; nos caímos en gracia, le dije una de mis frases garciarmarquianas estrella: Si no hubiera nacido en Colombia me hubiera gustado nacer en Cuba. La dije en serio, la pienso en serio, quiero locamente a los cubanos bueno a casi todos los cubanos..... Esta frase solo se la digo a las cubanas, a los cubanos no hay que decírsela jamás, ellos ya tienen su ego encumbrado y esto sería dispararlo a la estratosfera, no me interesa ese nivel.

Magda me dijo, a partir de hoy no tienes que quedar con nadie para venir, esta es tu casa, me lo tomé literalmente. No he faltado un solo fin de semana, bueno el de Sevilla, pero ojala me hubiera quedado en el Mojito, que afán el mío de andar buscando males y además pagar en euros para conseguirlos, en fin(2). Cuando volví de Sevilla, con lo que quedaba de mi, fui al Mojito con Alejandro mi amigo cubano, allá conocí a Olga, ambos me dieron consejos sobre como olvidar las penas de amor, Magda me dio un ron, y me dijo una frase, no me acuerdo cual, solo me acuerdo que se me llenaron los ojos de lágrimas y jure que iba a querer a esa mujer toda mi vida. No falté el resto de la semana, para el jueves ya sonreía un poco, me aconsejaron la terapia del clavo, yo me quedé con la terapia del mojito; el viernes estaba contenta, ese día conocí a alguien que me ilumino un poco la vida, me hizo quedarme hasta muy tarde, me cautivó su mirada, el sonido de su risa,  además me derramó una copa encima, todavía sigo pensando que ese fue un truco, le salió muy bien.....

El mojito no es un bar, es una isla. Es una píldora del caribe, es la famosa torre de Babel. Se convive en paz, se habla en todos los idiomas, ondean todas las banderas; se hacen amigos como Mireia, como Olga, como Alejo, como los Ramones, y como la gran jefa pluma-blanca;  se consiguen pisos, se prestan ollas, se dan recetas de cocina, se recrea la vista, se baila, se cotillea, se vacila, se recocha, se dan consejos de amor, se ríe con la dulzura de Marina, se intercambian teléfonos, miradas, se baila con Ramón si es que se le da la gana, se sube el ego, se embolatan las penas, y algunas noches que no todas, los hechos y algunas personas con su tranquilidad y buenas maneras, te hacen tragarte tus palabras, bueno eso todavía esta por verse, pero soy la primera en querer tragármelas..

A tu salú....

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